Un año (casi) de Clínicas de Creación

Todo comenzó un 14 de marzo. Antes de iniciar la que fue la última función de la obra teatral,  "Sí a la Vida", nos confirmaron que luego de nuestra función el Centro Cultural cerraría de manera indefinida. Comenzaba la cuarentena. Y una reflexión inmediata sobre las formas de continuar trabajando en tal situación. Una semana después publiqué un post en mi cuenta personal que decía: "Clínicas de Creación, en grupo o individuales. ¿Quién se apunta?"

A partir de esa publicación comenzó un proceso que está a punto de cumplir su primer año y que apenas se va definiendo. Un sueño viejo y compartido era la conformación de una escuela de Creación que recorriera las vías teóricas y prácticas encaminadas a generar  conocimientos y herramientas para quienes quisieran crear arte, pedagogía y otras intersecciones afines entre las artes y las ciencias sociales, por ejemplo.  Las Clínicas de Creación apuntan desde el principio a la revisión de la creatividad como un fenómeno básico de la psique, el cuerpo y la conciencia humana; que por lo tanto puede ser experimentado y entrenado a voluntad. Y,  a considerar fundamental la experimentación, observación y estudio, de los procesos creativos así como de algunas de las innumerables teorías, modelos, métodos, manuales... que se han creado. Es decir, estamos estudiando el mismo objeto desde distintos procesos (talleres y seminarios) y, desde distintas prácticas y puntos de vista.


De la primera convocatoria hecha a través del mencionado post surgieron dos grupos. Uno con artistas de Guatemala, personas que con quienes ya había trabajado en su mayoría, y, encontrando la primera ventaja de trabajar por videoconferencia, algunas personas con quienes nos gustaba trabajar y compartir pero las distancias físicas nos lo hacían muy difícil. El segundo grupo, era de gente radicada entre Francia, España e Italia. Varias personas de Guatemala repartidas en estos países, personas de España con quienes compartí allá, personas que no son ni de aquí ni de allá o en todo caso de los dos lados, y un par de chicas a quienes no conocía.  Eran unas quince personas en total, más de lo que yo me imaginé.

Trabajar por videoconferencia para mí fue una imposición del momento. De por sí el teatro en video me parecía algo muerto y muy triste. Y no digamos ensayar teatro por videoconferencia, jajaja, cuando me contaron que un grupo ensayaba así con su director en otro país, no voy a repetir mis palabras, pero me pareció aberrante. Así que estaba bastante seguro que los talleres por videoconferencia tendrían un gran porcentaje de pérdida en la relación humana y por lo tanto había que adaptarse. 

El primer descubrimiento fue que no era tan frío como yo pensaba. En ese momento Guatemala comenzaba su encierro y quienes estaban en Europa ya llevaban un mes encerrados aproximadamente; según se habló desde el primer día y casi todos los días en ambos grupos, para quienes participamos, en este particular momento de incertidumbre, el proceso mismo se convirtió en una especie de bunker en el cual la mente no solo se fugaba de la realidad sino hacía un trabajo creativo constante, una aprendizaje constante, y un espacio de expresión constante; al cual, generalmente, entraba de nuevo la realidad y nos encontraba en un estado de relajación activa en el cual analizarla y proponer ya no era tan difícil. 


Invitar a otras personas para impartir talleres era una idea desde el inicio pero, lejana. Una de las posibilidades para inscribirse en los talleres era el intercambio, pagar al trueque con algún producto artesanal, artístico o un trabajo de apoyo al proyecto. De ahí salió el logo, algunas ilustraciones para la página web, la música y canciones utilizadas para los videos, afiches, etc. También he recibido productos artesanales y apoyo en la sistematización de algunos procesos. De estos trueques resultaron los primeros dos talleres con maestras invitadas: Paola Cacace, quien impartió "Las Máscaras de la Comedia del Arte", y, Xoshil Rose, quien impartió "Improcesos Creativos". Ambas desde su especificidad teatral analizaron los procesos creativos y alimentaron con conocimientos precisos desde su historia y visión. Fueron muy dinámicas, la frontera entre la teoría y la práctica fue borrada dada su adaptación a la videoconferencia.  (Sí... no es lo mismo ni lo será nunca... pero no vamos a parar por esto...)

Un amigo me recomendó hacer un taller más básico para artistas o docentes que querían comenzar a crear. De aquí salió el taller "Principios de Creación". En esos días también, el Centro de Formación de la Cooperación española en Antigua Guatemala compró el taller "El Mapa de lo Imposible", que fue la versión intensiva y mejorada de los primeros dos talleres que no tenían nombre. Ya para finalizar el 2020, se sumó Leonel Juracán con el taller "Del silogismo a la narrativa", abriéndonos al proceso desde el lenguaje y la escritura creativa. Y terminamos con el primer seminario: "Seminario de Teatro Político", que fue un proceso distinto a los talleres pues tenía un punto de investigación colectiva concreto: ¿Cuál es el teatro político que creo-puedo-quiero hacer?

Este año, tan particular, me deja la satisfacción de haber compartido, aprendido, trabajado y apoyado. Aproximadamente han pasado por esta plataforma setenta personas entre participantes, personas facilitadoras o invitadas; algunas clínicas individuales con artistas de la poesía y la dramaturgia y un par de grupos de experimentación que han sido asistidos. Hemos cometido errores y tenido aciertos. Hemos descubierto cosas. Personas que pagaron de más por aportar al proyecto, personas que con sus intercambios han tenido una gran generosidad. Intercambios que aún no terminan o se están dando. Sin faltar alguno que se fue sin pagar a mitad o al final del proceso. Siempre hay más de uno. 

Al hacer el balance, la ganancia, en un amplio sentido, supera con creces la inversión y lo negativo que haya podido suceder. La mejor sensación a tener al final de una etapa dentro del proceso es sentir el impulso vital de continuar y comenzar la próxima. En breve anunciaremos nuevas actividades. Este proceso continúa.

Tres veces gracias.